La semana pasada, el 14 de
junio para ser más exactos, se recordó el nacimiento de personajes que han
tenido una gran influencia en la política latinoamericana. José Carlos
Mariátegui y Ernesto Che Guevara. El autor de los 7 Ensayos de Interpretación
de la Realidad Nacional, vio la luz en 1985 en Moquegua, y desde muy niño fue
marcado por la dureza que muchas veces acompaña la vida de los grandes hombres.
Casi adolescente empezó a
relacionarse con la prensa y posteriormente llegó a fundar uno de los
semanarios que forman parte de la historia del periodismo político peruano como
fue “Amauta”. Sin embargo, a pesar de su corta existencia física, Mariátegui, al
declararse un “marxista convicto y confeso”, no solo desarrolló este
pensamiento político sino que supo recrearlo y adecuarlo a nuestra realidad
nacional en tiempos en que ello era considerado casi una herejía política.
De allí su propuesta que
resume su marxismo creador: el socialismo en el Perú no puede ser calco ni
copia sino creación heroica. Su prematura muerte a los 35 años cortó su vida y
su aporte político, y muchos de quienes tratamos de desarrollar su pensamiento tal
vez no lo hemos cumplido a cabalidad.
Dos años antes de la muerte
de Mariátegui, el 14 de junio de 1928, en Rosario, Argentina, nació Ernesto
Guevara de la Serna. Luego de estudiar medicina decidió recorrer América Latina
en una motocicleta junto a un amigo suyo, y fue esa aventura la que dio
nacimiento al político primero y luego a la leyenda y al mito, al Che Guevara,
el guerrillero heroico.
Hay, sin embargo, un dato
poco conocido con relación a la fecha de su nacimiento. Según la periodista argentina Julia
Constenla, Celia de la Serna, la madre del Che le hizo la siguiente confesión:
“Ernesto no nació el 14 de junio, sino el 14 de mayo. Yo me casé
embarazada. Mis tías viejas hubieran muerto de saberlo". Y desde allí se
estableció la duda sobre la fecha de su nacimiento.
Será por ello, tal vez que para
muchos de sus seguidores, el Che tuvo ha tenido varios nacimientos: el joven
estudiante de medicina que nació en Rosario, el revolucionario que nació
acompañando a Fidel Castro con la revolución cubana, y paradójicamente, con su muerte
no solo nació el mito y la leyenda del Guerrillero Heroico sino también San
Ernestito como lo llaman en el pueblito de la Higuera en Bolivia, donde fue
asesinado en 1967 y en donde hay un letrero que dice “nadie muere mientras se
le recuerde”.
Y así como Mariátegui, el Che también
influyó en muchos jóvenes que nos iniciamos en la política a fines de los 70.
Además, su relación con el Perú empezó visitando leprosorios en nuestra selva y
continuó, al casarse con su primera esposa, la peruana Hilda Gadea. Al
evocarlos, no puedo evitar recordar con nostalgia una de aquellas consignas que
animaba nuestra juvenil militancia: “Con Mariátegui…, y Guevara… nuestro
pueblo… se prepara…”
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