El comandante Hugo Chávez ha partido. Su pueblo, sus partidarios, todos quienes creyeron y siguen creyendo en él y en su obra lo lloran. Quienes alguna vez lo conocimos y estuvimos cerca en algún acto, algo conocimos de la inmensa e impresionante personalidad del presidente bolivariano. Y por ello, no podemos sustraernos del impacto, la conmoción y la pena que nos causa su partida. Mucho se ha dicho y se seguirá diciendo de Chávez, pues como todo hombre predestinado que cabalga con la historia, genera amores sublimes y odios extremos. Será su pueblo y en general el pueblo venezolano quien juzgue la obra de Chávez, pues ese pueblo de a pie que vivió y seguramente también sufrió todo el proceso revolucionario, tiene la sabiduría que da la sencillez para hacerlo. Otros también lo harán, pero desde la mirada de los intereses que los mueven, que no son los del pueblo sino del poder que hoy mueve el mundo y que nos está llevando a situaciones como las se vive en Europa. Ya habrá tiempo para mirar y pensar la obra de Chávez. Por ahora, solo quiero compartir el excelente artículo que escribió nuestro Nobel Latinoamericano, Gabriel García Márquez, en febrero de 1999, cuando conoció a Hugo Chávez. “Chávez, usted parece un político”. “Entendido”, le replicó
Chávez. “Usted está equivocado, mi comandante. Chávez no es ningún
político. Es un capitán de los de ahora, y cuando ustedes oyen lo que él dijo
en su discurso se mean en los pantalones”. Digno de la pluma de Gabo. Para ver el artículo, por favor haga clic aquí:
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