Sin embargo, los peruanos pudimos ser testigos de una muestra cabal de su cobardía cuando se produjo el intento de contragolpe del 13 de noviembre que encabezó el general Jaime Salinas Sedó: Fujimori corrió a esconderse a la embajada japonesa, y solo salió cuando su compinche Vladimiro Montesinos le aseguró que la situación había sido controlada.
Para ver la nota completa, por favor haga click aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario