El 15 de abril de 1938, en la lejana Francia marchó a la inmortalidad César Vallejo, luego de haber dejado constancia escrita de ello en uno de sus bellos poemas. Ocho años antes, en la más cercana y aunque no menos húmeda y gris Lima, el 16 de abril de 1930, otro peruano entrañable partía a la eternidad: José Carlos Mariátegui. Para seguir leyendo, por favor haga clic aquí.
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